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febrero 8, 2025«Este pobre clamó, y el Señor le oyó, y lo salvó de todas sus angustias. El ángel del Señor acampa alrededor de los que le temen, y los rescata. Probad y ved que el Señor es bueno. ¡Cuán bienaventurado es el hombre que en Él se refugia!» (Salmos 34:6-8)
Observe que primero el pobre tuvo que clamar para, entonces, ser atendido y verse libre de todas sus tribulaciones. Muchos están dispuestos a humillarse delante de los hombres, pidiendo ayuda, pero no tienen disposición para humillarse delante de Dios. Es por eso que se lastiman en este mundo. Sin embargo, aquel que se humilla delante de su Creador será atendido, Él atiende el clamor del pobre.
¿Cuál es el problema que usted ha vivido? ¿Tiene dificultades económicas y vive lleno de deudas? ¿Viene sufriendo con una enfermedad y no ve solución? Cada vez que la persona, independientemente de su religión, sexo, color, edad, clase social o nacionalidad, clama, Él responde. No hay misterio ni barreras, es simple y fácil. He aquí dos recados del Altísimo para los pobres y afligidos:
«Invócame en el día de la angustia; yo te libraré[a], y tú me honrarás.» (Salmos 50:15)
«Clama a mí, y yo te responderé, y te revelaré cosas grandes e inaccesibles, que tú no conoces» (Jeremías 33:3)
Haga esta prueba, crea, y verá la bondad de Dios. Refúgiese en Él, escóndase en Él y será feliz. No es magia, ni sucede de la noche a la mañana. Pero esta es la única garantía que usted puede tener de verse libre de todas sus angustias.
¡Clame, crea y verá!